Ayer no escribí. Los rumores siguen
llegando, pero son confusos. De María aún nada. Algunos dicen que Jesús
resucitó a un amigo suyo de Betania que había muerto, que lo recibieron con
palmas en Jerusalén (¿a un galileo?) y que el que avisó dónde estaban a las
autoridades fue uno de sus amigos. Es
confuso, ¿Cómo uno de sus amigos se arriesgaría a delatarlo, poniéndose a sí
mismo en peligro? ¿Cómo creer que a un simple nazareno lo reciban en la capital
nada menos que como el “hijo de David”? Y eso del amigo muerto es más raro
todavía. Pero es sabido que la gente de acá le encantan las noticias, y cuando
no las hay, las inventa. Ya llegará María para contármelo todo, a propósito,
¿Cómo estará ella?...
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